Mostrando entradas con la etiqueta emociones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta emociones. Mostrar todas las entradas

lunes, 24 de febrero de 2020




El cordero del sendero verde


“Un pastor iba por los umbrales, despreocupado por el camino, era un cruce cotidiano para todos los campesinos que seguían esos andares. A la mitad del recorrido, entre los rebaños, se le aparecieron tres corderos tan blancos como las nubes. El más agraciado de ellos se dejó acariciar la cabeza, tocar las orejas, cepillar su lana, mostraba un apego inmediato a las personas que por ahí pasaban. ¿Quién habría de sentir desprecio por esa tierna criatura? Tenía un toque suave y amistoso, pero no tardó en prenderse de su pastor, impidiéndole moverse, jalando sus ropajes cuando debía seguir su curso. Hubiera podido usar la fuerza, pero un animal tan indefenso no podría haberlo hecho adrede, aunque iba desgarrando su vestimenta y retrasando su camino, el pastor se quedaba en el mismo lugar con dejes de asombro, acariciando al cordero tan blanco como una nube por fuera y ennegrecido por dentro, tal y como la depresión se muestra en nuestras vidas. “ 
                                                                                                                          — Belén Galaz. 


A lo largo de nuestra vida experimentamos emociones confusas, fuertes y arrolladoras. Las primeras veces, las pasamos por alto y continuamos, porque la salud mental no es tan fácil de tratar como un padecimiento del cuerpo, la mayor parte del tiempo, no sabemos que nuestro interior está enfermo y descuidado, hasta que nuestros pensamientos no se concentran en nada más y las actividades que la gente realiza con naturalidad, para nosotros se ven como misiones imposibles y agotadoras, aquellas que se llevan toda nuestra vitalidad. 

Este es un tema considerado un tabú, pues casi nadie se atreve a admitir que necesita ayuda profesional para superar sus emociones, para mantenerse firme y activo, eso es un reto de valientes, y esta generación, necesita muchos de ellos. Es además, en requisito indispensable en la lista de prioridades como lo es educarnos, tener un cálido abrazo de nuestros seres queridos y compartir con nuestros amigos, pues es este el momento en el que tenemos una cita con nuestro propia alma; una relación no menos importante que las demás. 

Pero no solo se puede hablar de pesares, es necesario ofrecer caminos, uno de ellos es la terapia. La terapia mejora nuestro entorno y amplia nuestra mente, nos da visiones de la realidad que no podríamos ver por nuestros propios ojos. En la edad adolescente las enfermedades del estado de ánimo tienen su auge, se mezcla entre nuestras dudas con respecto a la vida, al futuro y quiénes somos en realidad, nos lleva por un sendero tranquilo y lo más peligroso de él, es que se puede disfrazar con cualquier cara agradable, es por esto mismo que a nuestra izquierda, derecha o justo en el interior, podríamos encontrar a alguien vistiendo el filtro de cordero, sin siquiera ser consciente de ello. 

En este mundo tan incierto en el que vivimos, no podemos dar una respuesta definitiva a lo que necesitamos para sentirnos plenos, todos tenemos fórmulas diferentes, porque finalmente, somos un secreto del universo, pero ¿qué es lo que realmente se puede hacer para arreglar el mundo de nuestra cabeza? Hablar, hablarles, hablarnos. Esto no significa aturdir con preguntas a las personas que presentan algún problema anímico, se trata de abrir cuidadosamente una puerta al diálogo por la que el individuo pasará de quererlo, y está en nuestra naturaleza humana querer ser escuchados. 

No me confío solo del diálogo, pues, aunque exista un emisor, no siempre hay un receptor dispuesto, por lo tanto, aquí dejo algunas cosas que ayudan a sobrellevar el día, los atardeceres y las noches. 
  
* Practicar algún deporte que sea de agrado, que ocupe la mente sin representar una carga mayor. 
* Ponerse metas realistas y a corto plazo, de esta manera no tardarán en cumplirse ni serán motivo de decepción ante la espera. 
* Buscar ayuda, ya sea profesional (preferentemente) o de personas con emociones similares porque la empatía y la compresión nos dan la oportunidad de deshacernos de lo doloroso. 
* Escuchar música sin melodías depresivas o alguna pasión artística, esto no tiene la función de hacernos artistas, sino de darnos un modo de expresión más allá del habla. 

En mi experiencia, la depresión es un factor de riesgo astuto y puede presentarse a cualquier edad y con diferentes formas, pero no es invencible, una vez logramos verlo a los ojos, todas sus máscaras se caen y eso nos permite avanzar. No estamos solos, y somos fuertes. 

Para concluir con esta pequeña pieza de mis pensamientos, los invito a cuestionarse su salud emocional, a tener una dieta sana y activa con sus emociones tanto como con su cuerpo, y sobre todo a dar ayuda, no juzgar ni encasillar a la gente, porque nada sabemos de sus diversas situaciones. 
Yo tuve un cordero en mi vida, era fiel siguiéndome a todas partes, empezó pequeño y terminó gigantesco, detuvo mi paso tanto tiempo que no podía acordarme a donde iba antes de estar con él, pero como muchas personas, lucho para mantenerlo lejos, he cambiado de sendero.

 ¿Y tú, tienes algún cordero?


Artículo escrito por: Belén Galaz Basto
                                                                                   Alumna de segundo de preparatoria




lunes, 21 de octubre de 2019


¿CÓMO CAMBIAR EL MUNDO?

“Siempre hay alguien
que es capaz de cambiar tu estado de ánimo
en cuestión de segundos”
-Anónimo-

El mundo es un lugar basto, lleno de individuos, con una cultura, lengua, religión, pensamientos e ideologías diferentes, muchas veces todo ese cúmulo de aspectos distintos que se comparten en un solo espacio tienen que convivir y esa convivencia se da todos los días. De tal suerte que por ese contacto constante que tenemos con personas opuestas a nosotros puede llegarnos a impactar de una buena o mala manera.

Imagina que vas caminando en la calle y ves pasar mucha gente, no sabes si a esa persona lo espera una familia en casa, si tiene un buen día o no, si está pasando por algún problema o si se siente mal, es decir, que nosotros no somos los causantes de lo que le está sucediendo y no somos los causantes de lo que le pasa, pero sí podemos ayudar e influir en su día a día y hacer que se sienta mejor, a través de lo que le transmitimos y como estos pequeños detalles lo puede cambiar para siempre.

¿Cómo puedes cambiar el mundo de alguien? Simple, estando en contacto con los que te rodean, sintiéndonos nosotros bien, estando en paz, siendo felices, estando orgullosos de lo que somos y como nos vemos, aceptando nuestra forma de ser, siendo más amables en todos los aspectos de nuestra vida. Todos estos pequeños cambios que apliquemos en nosotros mismos transformaran todo, no sólo a ti, sino también en los que te rodean, ya que cambiarás la manera en cómo alguien de tu entorno sobrelleva su día con día, y recuerda, como tú te sientas lo transmites y es algo que no tiene límites. Con ello, si eres amable y generoso puedes alegrarle el día a cualquiera y al mismo tiempo tú te sentirás mejor.

La sociedad es un punto fundamental en el desarrollo social, educativo, emocional y cultural, por lo que si crecemos como sociedad esto nos ayuda a crecer como ciudadanos. Hay que señalar que un individuo no puede tener un cambio notable cuando se encuentra solo, pero sí lo tiene, cuando se relaciona con otras personas, cuando es parte de un grupo, de una comunidad, de una sociedad.

Una persona que crece en una sociedad tiene un mejor desarrollo, pero si aunado a esto se relaciona de buena forma con sus iguales, tiene un cambio por dentro y a su vez puede hacer un cambio por fuera e incluso puede llegar a tener la habilidad para hacer diferentes obras de buena voluntad.

Como último dato ¿conoces el efecto mariposa? Es el que señala que una pequeña acción puede cambiar los diferentes resultados de un futuro, así que, si estás en cualquier lugar sentado, aunque tú pienses que no estás haciendo nada, cambias lo que está pasando a tu alrededor, ya que tu presencia impacta a la gente, por todo lo que transmites, así que si alguna vez te sientes triste o enojado, recuerda que impactas en la vida de cualquiera, estando o no de una manera cercana en su vida. Y siempre, siempre, recuerda que eres importante para mí, para tus amigos y para todos los que te rodean.

Iván Durán Espadas

lunes, 7 de octubre de 2019




La enfermedad más silenciosa

Un pensamiento gris, una sensación de fracaso y de que las cosas se te escapan de las manos, una moral caída y una irritabilidad poco característica. Quedarse cansado y sin ganas, desinteresarse de lo que antes te gustaba, tratar de aislarse de los demás y sentir una tristeza sobrecogedora. 

Eso es la depresión, y 32.5% de los yucatecos reconocen que se han sentido así. En un estado que lidera las estadísticas de suicidios en el país, con 246 personas que se privaron la vida el pasado 2018, es momento de hablar al respecto. Pues cuando 7 de cada 10 suicidas presentan síntomas depresivos, podemos ver que hay un fallo muy grande en tratar estos casos, y que nos encontramos ante una problemática de salud pública.

Y ese gran desacierto radica en que hablar de la depresión también lleva consigo un estigma social, al igual que muchos otros trastornos psicológicos, porque inclusive al describirlo se escucha como algo distante o como una señal de debilidad, cuando la realidad es que no tiene nada que ver con eso, ya que puede ser causada, sí, por cuestiones sociales negativas como el alcoholismo o el estar en una familia disfuncional, pero también puede ser causado por simple genética o biología, cuando alguien de tu familia lo padece o cuando en tu cerebro se reducen los niveles de serotonina.

Sin importar qué lo cause, puede ser tratado con ayuda psicológica. No está mal pedir apoyo, acabemos con esa idea falsa de que no expresar emociones es señal de fortaleza, que llorar y sentirno es propio de la masculinidad, pues son esa clase de ideas tóxicas las que acrecientan el problema. Y esto lo podemos ver claramente con las estadísticas, porque mientras que según diversos estudios psicosociales es más probable que las mujeres caigan en depresión, los hombres son cinco veces más proclives al suicidio, y este grupo conforma 204 de las 246 personas que se quitaron la vida en Yucatán.

Dejemos de lado los prejuicios, y empecemos a preocuparnos por la vida humana. No dejes que tú o un ser querido caigan en esta espiral y se encierren en esta burbuja que es la depresión. Acude con profesionales, pide ayuda, habla, y recuerda que no estás sólo en esto.


Si tu o un ser querido se encuentran con síntomas de depresión, llama al:
800-710-2496 (Línea Mexicana de Atención para Atención Psicológica, abierto de 9:00 a las 23:00 horas, los 365 días del año)

Rodrigo Arjona García
Alumno de segundo año de preparatoria