La sociedad en la actualidad: Un presagio de un futuro incierto.
Anne Glyn-Jones estuvo estudiando por nueve años como es que las civilizaciones colapsan y ella
ha descrito a la nuestra como “moral, estética y espiritualmente muerta”.
De acuerdo con datos de la CAAF en México 63 por ciento de la población identificada en un
estudio como consumidora de alcohol, son adolescentes y jóvenes. Otros problemas más graves
como la drogadicción y el suicidio no han hecho mas que ir en aumento de manera constante en
los últimos años según datos del INEGI.
Todos estos problemas se agravian mucho más en países del primer mundo en donde estas
situaciones sociales no solo van en aumento, sino que hasta se multiplican. Nunca había muerto
tanta gente de sobredosis en Estados Unidos como en años recientes, siendo un aproximado de 70
mil personas al año. En Europa la situación es muy similar, ya que la cantidad de jóvenes entre 16 y
24 años que consume drogas como la metanfetamina y el LSD se ha duplicado en un periodo de
tan solo 2 años.
A pesar de toda nuestra tecnología, entretenimiento, consumismo y nuestras ayudas químicas
somos más miserables que nunca.
Con todas nuestras redes sociales, en donde todo el mundo puede saber nuestra ubicación, lo que
hacemos y lo que pensamos en cada momento estamos menos conectados que nunca y con una
adicción a estas que nos da una visión narcisista del mundo en la cual siempre vemos por nuestros
intereses antes que por el bien común y no tenemos ninguna clase de aprecio o respeto por el
prójimo.
Vivimos en un sistema económico que no permite la creación de familias, aumentando el coste de
la vivienda y promoviendo la deuda pública, así que ahora la gente no tiene ningún interés en
cargar con ninguna clase de responsabilidad, ya sea social o personal.
Diariamente se destruyen templos e iglesias para construir gigantescas torres de concreto y cristal
que luego serán demolidos otra vez cuando la economía dicte que ya no son útiles y sean
remplazados por otra torre.
Este es un estilo de vida que nos lleva a desesperadamente buscar la próxima inyección de
dopamina, ya sea de un like en Instagram, una droga farmacéutica o un nuevo iPhone. Todo esto
lo único que genera es una sociedad sin ninguna clase de propósito o trascendencia, una sociedad
que ha perdido la fe en sí misma y se ha olvidado de lo que alguna vez la hizo feliz.
Hemos abandonado los valores y princípios que construyeron esta civilización, hemos abandonado
la idea de que la familia es una base fundamental para la comunidad y la felicidad, hemos
abandonado la buena cultura en favor de la cultura basura producida en masa, hemos
abandonado la fuerza de voluntad y el estoicismo en favor de dependencia a químicos, vivimos en
un sistema económico y político que nos ha abandonado a nosotros y en donde ya no hay nada en
lo que creer, esa es la razón por la que todos se están drogando, es por eso que estamos
atrapados en nihilismo, es por eso que nadie es feliz.
El encontrar una solución a problemas tan grandes parece casi una causa perdida pero todo
depende de si es que como sociedad estamos dispuestos a aceptar nuestros errores y a buscar una
solución juntos, todos somos adictos, tenemos que cambiar nuestros hábitos antes de que estos
nos cambien a nosotros, cosas como no cargar tu celular junto a tu cama en las noches o usar
menos redes sociales ayuda en gran medida, pero esto no servirá si no abrimos los ojos y nos
abrimos paso en esta oscuridad unidos.
Luis Montoya Martínez
Alumno de segundo grado de preparatoria