lunes, 28 de marzo de 2022

¿Con limón o sal?

 






Cuento corto

¿Con limón o sal?


Desde los primeros años de vida de César Quinoa, su familia ha tenido una regla que ninguno de los integrantes de la Familia Quinoa puede romper, a toda comida has de ponerle limón sal, pero nunca los dos, por lo cual es común escuchar en reuniones familiares la pregunta: “Lo vas a querer ¿con limón sal?”

César jamás ha entendido esa regla, del porqué sólo se puede usar uno y no los dos ingredientes, la respuesta se le había negado como cualquier receta secreta. - ¡De mi boca jamás saldrá este secreto! - estalló su padre don Benedicto cuál olla de presión cuando César intentó sacar de lo más profundo el porqué de tan singular regla. Ante la respuesta de su padre y su creciente curiosidad, César se propuso descubrir la verdad de ese raro secreto.

Inició con una visita a la casa de la Familia Romero, donde fue recibido por Doña Concha Romero quién dijo: - En esta casa siempre se come con cebolla y cilantro, los dos juntos, nunca separados.- También le manifestó su extrañamiento por la inusual regla de “Con limón sal”, ya que nunca había oído que alguien separara sus ingredientes.

Desencantado por no obtener una respuesta, decidió visitar a Don Alfredo Pimienta, conocido personaje que ganó fama por organizar enormes comilonas entre sus acaudalados amigos.

- Desde que me uní a mi querida esposa en matrimonio, en esta casa siempre se ha comido con ajo y aceite y aún hoy que mi finada esposa está ausente, en la mesa nunca faltan esos dos.

ingredientes- Dijo Don Alfredo, sentenciando que no poder comer con limón sal, era una regla fuera de toda lógica de la cuál desconocía su origen.

Ante la respuesta del Sr. Pimienta, César decidió encaminar sus pasos a casa de la Señora Serrano, conocida por su carácter picante. Con cierta timidez, César preguntó - Disculpe, estoy tratando de encontrar la respuesta del porqué en mi familia no se puede comer con limón sal, o es uno o es otro, pero nunca los dos, ¿Sabe usted algo? - Desconozco el porqué separaron estos dos ingredientes en tu familia, seguramente ha de ser porque algunos deben estar muy salados y porque otros ya tienen el carácter muy agrio- Afirmó Doña Serrano soltando una gran carcajada.

Aunque César ya había avanzado algunas cuadras, se seguían oyendo las risotadas, mientras el empezaba a resignarse a no saber el porqué de comer por siempre con limón sal. De pronto recordó a Doña Dulce, la amable dueña de la mejor pastelería, y decidió visitarla.

- ¡César, César! ¡Me endulzas el día con tu presencia mi querido César! exclamaba Doña Dulce mientras lo abrazaba y lo llenaba de harina. - Buenas tardes Doña Dulce - dijo César con cierta asombro y prosiguió - Estoy en busca de una respuesta, en mi casa existe una regla que dice que no podemos comer con los dos ingredientes que identifican a nuestra familia, he tratado de obtener la respuesta con mis padres, pero están más cerrados que una ostra. - Enfatizó.

- Lamento que en tu hogar haya una regla así, sin duda algo muy fuerte debió pasar para que se prohibiera juntar dichos ingredientes, desconozco el motivo y no imagino que en mi casa

tuviéramos que separar la canela y el anís, sería el final de esta familia- Fueron las palabra de Doña Dulce que con cierta tristeza regresó a sus hornos y sus masas.

Decepcionado y desanimado, César se fue a sentar a la orilla del río, pensando que la verdad se había esfumado y nunca podría comer con limón sal, mientras se absorbía en sus pensamientos,

pasó por el lugar Don Olivo, al reconocer a César se acercó silenciosamente y preguntó - ¿Qué respuesta buscas en el fondo del agua muchacho?- César dió un pequeño salto y saludó efusivamente a Don Olivo a quién le dijo: - Necesito saber porque en mi familia no podemos comer con limón sal, hay una regla no escrita que nos lo prohíbe y necesito saber el porqué.

- Lamento que tengan que someterse a una regla así, no tengo idea de lo que pudo haber pasado, pero creo saber quién te puede ayudar, Doña Coco, la persona mejor informada de la comunidad, no tiene el mejor carácter, pero si, la mejor información- Dijo Don Olivo.

Sin dudarlo, César se puso de pie y encaminó sus pasos hacia la casa de Doña Coco, aquella señora que se encargaba de ponchar balones y regañar niños, cuando César era pequeño.

Tocó la puerta con cierto recelo y desde adentro oyó un grito que decía: - ¡No estoy!
Ante esa respuesta tan contundente, César decidió dar media vuelta y dar por terminada su investigación, pero antes de completar el primer paso, se oyó un rechinido de puertas que anunciaba que Doña Coco se había dignado en recibirlo.

- Bu-buenas Do-doña Coco, soy César, ¿Me recuerda?- Preguntó César.

- Más bien no te olvido, eras terrible.- Refunfuñó Doña Coco.

- Pues verá, ando buscando una respuesta al porqué en mi casa sólo se puede comer con limón o

sal y nunca con limón sal y de dónde salió esa regla que no termino de entender, Don Olivo su

vecino, me dijo que usted era la mujer mejor comunicada y por eso me animé a molestarla- Dijo César a una Doña Coco que ya empezaba a fruncir el ceño.

- “Mejor comunicada” una manera muy elegante de decirme chismosa, mmh. pero si, algo hay de eso- Afirmó Doña Coco.- Siéntate, te voy a servir un café bien cargado para que sepas que hay cosas más amargas que lo que vas a oír.-

César se sentó en una silla que amenazaba con tirarlo al suelo, mientras Doña Coco, buscaba la taza menos sucia para servir su famoso café amargo, sacó del estante unas galletas con varios años del olvido y decoradas con algunos gorgojos que luchaban por pasar como chispas de chocolate, afortunadamente, César era alérgico al gluten, por lo que tuvo que bastó sólo con el café sin azúcar.

Una vez sentados, Doña Coco empezó a hablar. - Haz de saber, que es una tradición, que al casarse, cada uno de los novios añada a su nuevo hogar un ingrediente, tu papá Don Benedicto añadió la sal y tu mamá Doña Juliana, aportó el limón, estos dos ingredientes no podían faltar nunca en la mesa de tu casa, la unidad de esos dos ingredientes representa la unidad conyugal de tus padres, un día llegaron a tu hogar los días difíciles, con tantos hijos y con tan pocos recursos, la vida se volvió difícil.

En uno de los momentos de mayor desesperación, tu madre Doña Juliana, dijo a los cuatro vientos - “No es posible estar tan salados y tener tan mala suerte, estoy cansada de tanta sal en mi vida”.- Haciendo referencia a su mala suerte, pero tu padre Don Benedicto, sólo escuchó “Estoy cansada de tanta sal en mi vida” se entristeció y decidió separar su ingrediente, la sal, del limón de su esposa.

Otro mal día, Don Benedicto decía - Los malos momentos me han agriado el carácter como un maldito limón.- Tu mamá, que se iba acercando para decirle que fuera a comer, sólo alcanzó a escuchar “Maldito limón”, se desilusionó y decidió que su limón no estaría más a lado de la sal de su esposo.

Y así, sin decirlo, tus padres empezaron a ofrecer sus ingredientes por separado y poco a poco se convirtió en una regla no escrita y nació el con limón sal. Como puedes ver mi querido César,

lo que separó los ingredientes de tu casa fueron los malos entendidos que tus padres han cargado por años.- Finalizó Doña Coco.

Casi sin despedirse y con lágrimas en los ojos, César corrió a su casa para aclarar las cosas entre sus padres, quienes al saber la verdad, lloraron y se reconciliaron, más tarde a la hora de la comida, le preguntaron a César cómo quería su platillo y él respondió:
- Con sal, limón y amor.

FIN


Mónica Estefania Terán Luján

Alumna de tercero de preparatoria

lunes, 21 de marzo de 2022

Talasofobia

 



Aunque el mar este en calma, no significa que no este sucediendo algo en la profundidad   

Jastein Garder. 


El mar muchas veces nos transmite tranquilidad y relaja nuestra mente; el movimiento del mar hipnotiza, genera una sensación de tranquilidad y bienestar que nos da energía, es un espacio sin límites y una vista sin fronteras. Muchas personas ven el mar de una manera bonita, tiene miles de criaturas hermosas, ver el atardecer en la playa es una de las cosas más bonitas del mundo.

El mar también es un misterio, los lugares más profundos y oscuros existen en el mar. Hay muchísimos animales que todavía no son descubiertos, se escuchan ruidos inexplicables y en él suceden muchas tragedias. 

El miedo al mar no sólo es a ahogarse, sino a no saber qué hay en él, a no ver qué hay debajo, a desconocer la inmensidad de este entorno y a no saber qué nos pueda suceder si nos encontraremos nadando, me refiero a la talasofobia, es el miedo a las profundidades del océano.

Tener talasofobia es tener miedo constante a que aparezca un animal marino como un tiburón, una ballena o un pulpo o a ser atacados por un cocodrilo, una piraña, etc., tener terror al pensar que algún ente desconocido nos arrastre de los pies hasta las profundidades del mar o el océano, miedo a que se forme un remolino o un gran agujero marino que nos succione desde abajo sin poder hacer nada para evitarlo, es tener pavor a que debajo de nosotros haya animales enormes que puedan rozarnos los pies. 

En resumen, desconocer lo que hay en el fondo del mar u océano puede causar ansiedad; por esto, las personas que sufren de talasofobia sienten un miedo a las profundidades marinas.

En mi opinión, el mar es un lugar hermoso, estar en la orilla del mar, mojándote los pies mientras escuchas las olas es una de las sensaciones más bonitas de este mundo, es un lugar magnífico para meditar, relajarte y estar en paz, hace que se te olviden todos tus problemas por un momento. Pero toda esa paz desaparece en el momento en el que entro al mar, la ansiedad, el miedo y la angustia me carcome por dentro, mirar hacia abajo y no poder ver mis pies, cuando no puedo sentir el fondo, mis pies y mis brazos se empiezan a cansar y en el momento en el que trato de nadar para salir, una ola me regresa al mismo lugar, cuando algo está rozando mis pies, intento ver que es pero todo esta oscuro, en ese momento piensas lo peor, pudo haber sido un pez pero también un animal enorme que me va a arrastrar hasta el fondo del mar y yo no podría hacer nada para evitarlo, esto es aún peor cuando tu mayor miedo siempre ha sido morir ahogada, el mar no es solamente un lugar en el que te puedes relajar, también puede ser tu peor pesadilla.

 

Nur Corany Loza 

Alumna de segundo año de preparatoria

lunes, 7 de marzo de 2022

Cómo influyó la pandemia Sars Covs-2, el Covid-19 en mí, como adolescente.




 

Cómo influyó la pandemia Sars Covs-2, el Covid-19 en mí, como adolescente


A principios del 2020, comencé a escuchar en nuestro país, por las noticias y a través de mis familiares, compañeros y demás, del surgimiento de un virus letal, llamado Coronavirus. Dicho virus se originó en la ciudad de Wuhan, en China. Esta enfermedad ocasionaba padecimiento pulmonar, y muchos casos de neumonía, con un altísimo índice de mortalidad, y que era sumamente contagiosa.

Conforme fueron transcurriendo los meses, dicha enfermedad llegó a casi todos los países del mundo, matando a millones de personas. Cuando llegó a México, las autoridades federales implementaron protocolos, entre los que se hizo obligatorio el uso de cubrebocas; así como el lavado intensivo y frecuente de manos: el uso de gel antibacterial y sanitizantes; y lo que a mí me afectó más como adolescente, fue el aislamiento total, sobre todo en los meses de mayor contagio. Ahí, se instauró prácticamente un toque de queda: se suspendieron todas las clases, y era casi imposible salir a la calle, más por el temor a contagiarme y posteriormente contagiar a mis familiares.

Particularmente, me afectó mucho el cortar toda convivencia física con familiares y amigos, ya que, al tener en la provincia a la mayoría de mi familia, acostumbraba viajar los fines de semana con ellos, y pasarla bien. De igual manera, me afectó el uso de cubrebocas -hasta la fecha- ya que se me dificulta respirar, y dicho implemento me lastima ligeramente las orejas al utilizarlo.

De igual manera, durante casi dos años he extrañado poder abrazar y besar a mis abuelos, tíos, primos y familiares de manera natural; igualmente sentí en los momentos más álgidos de la pandemia, que comencé a sufrir de mucha ansiedad y una ligera depresión, debido al prolongado encierro al que fui sometida, al igual que todas las personas de mi ciudad, del país, y del mundo.

Así mismo, y sin restarle importancia, también me afectó la pandemia al cumplir mis XV años, ya que antes del surgimiento de ésta, tenía planeado un viaje a Europa del Este, el cual, tuvo que ser cancelado y reprogramado para tres meses después. A la fecha, dicho viaje continúa sin realizarse.

La afectación más fuerte y más triste que me ha dejado la pandemia, es la pérdida de algunos familiares y conocidos, así como el contagio de la enfermedad en mi círculo más cercano, como lo son mis hermanos y mis padres, quienes presentaron síntomas muy severos. Mi padre, después de enfrentar la enfermedad, quedó con secuelas pulmonares, entre ellos un engrosamiento pleural que ocasionó que las membranas que cubren los pulmones se ensancharan y quedaran rígidas, siendo necesario un prolongado tratamiento a base de Cortisol y otros medicamentos que le permitieran respirar mejor.

Luego de dos años, regresé a la escuela, y por fin pude conocer de manera presencial a mis maestros y compañeros de clase, ya que desde que ingresé a la preparatoria los he visto solamente de manera virtual. Y no obstante la disminución de contagios, debido a la variante Ómicron, que ha sido la más contagiosa pero menos letal, continúo con el uso de cubrebocas y con las medidas de prevención e higiene, así como evitando acudir a lugares cerrados y concurridos.

Fadwa López Asaf

Estudiante de segundo año de preparatoria

jueves, 3 de marzo de 2022

Disciplina, Hábitos y Responsabilidade

 





Disciplina, Hábitos y Responsabilidades


Cuando uno escucha estas tres palabras piensa que son completamente diferentes tanto en nombre como significado, pero la realidad es que estas tres van tomadas de la mano,caminan y se hacen juntas.
Pensaran que la “disciplina” es algo que solo los soldados tienen o algún equipo especial en un área específica, que los “hábitos” son cosas qué haces diariamente o cosas normales, y que las responsabilidades son algo que otra persona te impone y no te queda de otra más que obedecer. Pero la realidad es distinta, primero que nada hay que deshacernos de esa mentalidad partida en tres, deshagamonos de las ideas que tengamos de estos tres conceptos y empecemos de cero. Al hablar de disciplina no solo abarca un buen comportamiento si no que de un mundo extenso de acciones, ya sea tener disciplina en los estudios, entrenamiento o en general con las actividades que realizas día a día, pero a todo esto se le suman los hábitos y las responsabilidades, tomemos como ejemplo a un estudiante, una de sus muchas responsabilidades es estudiar sus materias, el estudiante tiene que mantener la disciplina de seguir estudiando cada cierto tiempo de una manera constante, lo cual con el paso de los días se convertirá en un hábito muy beneficioso.

Dicho todo eso la disciplina termina siendo como un ajuste de actitudes que se encamina a lograr la secuencia de desarrollo de una determinada actividad propuesta por ti y lograr un resultado positivo lo más rápido posible de acuerdo a tus necesidades.

Pasando a los hábitos se puede decir que son conductas que repetimos muchas veces hasta que forman parte de nuestras actividades diarias y justo de esta manera, luego de un tiempo, los hábitos se vuelven automáticos como el pan de cada dia.

Al final la responsabilidad termina siendo un valor y una práctica ética al mismo tiempo, ya que impacta en todos los aspectos de la vida ya sea de forma familiar, académica, laboral o ciudadana. Una persona responsable cumple con sus deberes de manera oportuna y eficiente, retomando por ejemplo al estudiante de hace unos párrafos, el es responsable pues lleva a cabo sus tareas y objetivos académicos de la mejor manera posible.

De esta manera concluimos viendo que estas tres son algo que uno hace, puede ser algo obligatorio, algo frecuente o algo que uno desea hacer, de esta manera nos enteramos de la semejanza y es que son cosas que uno si no hace por su cuenta no pasan. Un estudiante no estudia si no quiere, un empresario no invierte diariamente si no quiere, una persona no lava sus dientes si no quiere. El querer formar parte del concepto de ser humano, así como el no querer, la cosa está en ti para formar parte de ese grupo reducido que quiere hacer las cosas bien, creando hábitos por medio de la disciplina, que sale de él ser responsable.

Gonzalo Moreno Ricalde

Alumno de segundo año  de preparatoria