Cómo influyó la pandemia Sars Covs-2, el Covid-19 en mí, como adolescente
A principios del 2020, comencé a escuchar en nuestro país, por las noticias y a través de mis familiares, compañeros y demás, del surgimiento de un virus letal, llamado Coronavirus. Dicho virus se originó en la ciudad de Wuhan, en China. Esta enfermedad ocasionaba padecimiento pulmonar, y muchos casos de neumonía, con un altísimo índice de mortalidad, y que era sumamente contagiosa.
Conforme fueron transcurriendo los meses, dicha enfermedad llegó a casi todos los países del mundo, matando a millones de personas. Cuando llegó a México, las autoridades federales implementaron protocolos, entre los que se hizo obligatorio el uso de cubrebocas; así como el lavado intensivo y frecuente de manos: el uso de gel antibacterial y sanitizantes; y lo que a mí me afectó más como adolescente, fue el aislamiento total, sobre todo en los meses de mayor contagio. Ahí, se instauró prácticamente un toque de queda: se suspendieron todas las clases, y era casi imposible salir a la calle, más por el temor a contagiarme y posteriormente contagiar a mis familiares.
Particularmente, me afectó mucho el cortar toda convivencia física con familiares y amigos, ya que, al tener en la provincia a la mayoría de mi familia, acostumbraba viajar los fines de semana con ellos, y pasarla bien. De igual manera, me afectó el uso de cubrebocas -hasta la fecha- ya que se me dificulta respirar, y dicho implemento me lastima ligeramente las orejas al utilizarlo.
De igual manera, durante casi dos años he extrañado poder abrazar y besar a mis abuelos, tíos, primos y familiares de manera natural; igualmente sentí en los momentos más álgidos de la pandemia, que comencé a sufrir de mucha ansiedad y una ligera depresión, debido al prolongado encierro al que fui sometida, al igual que todas las personas de mi ciudad, del país, y del mundo.
Así mismo, y sin restarle importancia, también me afectó la pandemia al cumplir mis XV años, ya que antes del surgimiento de ésta, tenía planeado un viaje a Europa del Este, el cual, tuvo que ser cancelado y reprogramado para tres meses después. A la fecha, dicho viaje continúa sin realizarse.
La afectación más fuerte y más triste que me ha dejado la pandemia, es la pérdida de algunos familiares y conocidos, así como el contagio de la enfermedad en mi círculo más cercano, como lo son mis hermanos y mis padres, quienes presentaron síntomas muy severos. Mi padre, después de enfrentar la enfermedad, quedó con secuelas pulmonares, entre ellos un engrosamiento pleural que ocasionó que las membranas que cubren los pulmones se ensancharan y quedaran rígidas, siendo necesario un prolongado tratamiento a base de Cortisol y otros medicamentos que le permitieran respirar mejor.
Luego de dos años, regresé a la escuela, y por fin pude conocer de manera presencial a mis maestros y compañeros de clase, ya que desde que ingresé a la preparatoria los he visto solamente de manera virtual. Y no obstante la disminución de contagios, debido a la variante Ómicron, que ha sido la más contagiosa pero menos letal, continúo con el uso de cubrebocas y con las medidas de prevención e higiene, así como evitando acudir a lugares cerrados y concurridos.
Fadwa López Asaf
Estudiante de segundo año de preparatoria
Excelente
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