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lunes, 23 de mayo de 2022

“Más que un libro”

 



“El autor sólo escribe la mitad del libro. De la otra mitad debe ocuparse el lector”

-Joseph Conrad


Según la Real Academia de la Lengua Española la palabra Libro proviene del latín liber, libri... y puede definirse como un conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen. 

Pero un libro, es mucho más que solo un montón de hojas o un montón de palabras ordenadas de cierta manera que forman oraciones y con estas, párrafos en muchas hojas. Un libro es más que sólo una historia, contiene todo un universo nuevo con ciertas características, personajes diferentes, donde se encontrarán aventura, caos, desilusiones, felicidad, enojo, sorpresa, situaciones que nunca hubiéramos imaginado, hay de todo y nada al mismo tiempo. 

¿Nada? Se estarán preguntando por qué se dice esto, ya que como se ha dicho un libro es TODO; puede ser nada porque si no quieres entenderlo, no lo vas a entender, si no quieres disfrutarlo, no lo vas a disfrutar, y hay ocasiones en las que simplemente el momento y el lugar donde lo leíste no era el indicado, o hasta si no encuentras una manera de identificarte y relacionarte con la historia y sus personajes, probablemente no te guste, y termine siendo un NADA.

Cada vez que se cierra un libro y se inicia uno nuevo, no es solo una historia o un texto el cual leíste y ahí termina ¡no! Es algo inexplicable. Al leer, uno imagina cada escena que se describe, las reacciones de los personajes, los escenarios en donde se desenvuelve la historia. Además, algo que lo hace característico y único es que cada lector lo vive de una manera diferente. 

Un libro nos permite vivir mil vidas en poco tiempo, un libro nos permite conocer perspectivas, opiniones, pensamientos y ser empático. 

Los libros son un espacio en el cual nos sentimos libres, igualmente impulsa muchísimo la creatividad y la imaginación. Cuando un libro te hace sentir verdaderamente, todas esas palabras tienen un sentido único para cada uno. Algunas personas no entenderán cómo un libro te puede hacer llorar, gritar, querer, sentir tanto en tan poco tiempo, es inexplicable, se siente demasiado, y es que un libro te hace sentir todo.

Por otra parte, algo importante que no hay que olvidar es que los libros no solo son para nuestro entretenimiento ya que estos empezaron siendo una manera de plasmar pensamientos desde hace miles de años desde los jeroglíficos hechos en papiros en el Antiguo Egipto, las escrituras griegas, el Codex romano, el Codex maya escrito en pliegos larguísimos en forma de acordeón, los pergaminos hechos con pieles de animales en Europa, hasta que en el año 105 d. C. los chinos inventaron el papel. Muchos años más tarde en 1440 el herrero alemán Johannes Gutenberg inventa la imprenta de tipos móviles, cambiando el rumbo de los libros y la historia. La segunda revolución industrial también trajo consigo muchos cambios, y el proceso de elaboración de un libro se simplifico aún más. Hoy en día con la impresión digital, los libros electrónicos y los audiolibros tenemos todo a nuestro alcance, y ya no hay anda que nos impida disfrutar de un buen libro. 

Actualmente existen muchos tipos de libros unos ejemplos de estos serían los libros de texto, con los cuales nos formamos, los libros de historia, donde un autor nos transporta al pasado, para poder entender el presente, los libros de geografía que nos transportan a otros lugares y nos inspiran a viajar. Pero al final todos los tipos de libros tienen en común que el autor plasma en palabras sus opiniones para que sean interpretadas por los lectores. 

Por eso, el día de hoy los invito a que tomen el libro de su preferencia y se den la oportunidad de sentir, aprender y disfrutar. 


Isabel Alejandra Corzo González

Alumna de segundo de preparatoria


lunes, 18 de octubre de 2021

 


 

– Flor de Luna –

 


Esta es la historia de la Luna y el Sol, 

Es pequeña pero deberás prestar atención.




Cuando de día era, el Sol controlaba todo lo que tenía vida, los animales se inclinaban ante él y las flores se estiraban lo más que podían para poder mirarle bien.


Una vez escondido el Sol, la Luna salía. Ella era más tranquila, lucía siempre como una efímera perla blanca y brillaba de la manera más relajante que jamás podría verse.

Una noche en la que la Luna decidió salir un poco más temprano, se encontró con algunas flores agachándose nuevamente, preparándose para relajarse después de un largo día bajo la luz del sol. 


La joven blanca decidió preguntarle a una de las estrellas de sus costados de dónde provenían las flores, ella le contestó que no estaba segura, pero dos noches atrás escuchó de un león que una estrella gigante les había ordenado nacer durante esa mañana.


Intrigada por saber más, la Luna le pidió a otra amiga que saludara a dicha estrella gigante de su parte, pero llegada la mañana le fue imposible acercarse.


Esperanzada y sin darse por vencida, pidió al mar que le ayudara a hablar con la misteriosa estrella. Siguiendo su orden, al amanecer, el mar se meció de lado a lado sin parar.


El Sol despertó al día siguiente y, sorprendido, hizo crecer un prado entero de lindas margaritas. La compañera nocturna notó su detalle y esa misma noche, el mar se encargó de empujar hasta la orilla todos los caracoles y conchas que tenía a su alcance, y las aves y los humanos se encargaron de acomodarlos de manera en la que formaran palabras, así comenzaron a hablarse.


Cada mañana los animalitos veían al Sol hacer crecer nuevas flores, y por la noche, los peces no paraban de formar palabras en el mar.

 

 

Dadas las 6 de cada tarde, el Sol se quedaba 5 minutos más y la Luna salía 5 minutos antes, El sol admiraba a la luna porque podía brillar sin opacar a los demás, y la Luna admiraba al sol porque podía emitir luz propia.


Un día decidieron verse a la misma hora, y cuando el día llegó a la mitad, los jóvenes compañeros presenciaron la imagen del otro. 


Por horas charlaron acerca de las maravillosas cosas que ocurrían cuando el otro no se encontraba: la luna le contó al sol de todas las estrellas que por la noche bailaban junto a ella, y el sol le contó a la Luna de los cientos de animales que jugaban por el día bajo él.

Al llegar la noche, la Luna llamó al mar para contarle lo que había ocurrido, pero éste nunca llegó. Es más, ninguno de los animales respondían a su llamado. Intentó hablar con los humanos, pero no pudo encontrar a ninguno de ellos.


Al amanecer y el Sol dejar caer su luz sobre el mundo, se encontró con una imagen horrible: las tierras se habían abierto, los hábitats de los animales habían sido destruidos, los mares se habían alzado hasta inundar los pueblos de los humanos y los volcanes habían hecho erupción. El sol le preguntó a un jaguar por lo que había pasado y este le respondió que ocurrió de un momento a otro, poco después de que la luna había aparecido en el cielo.


El sol le pidió al jaguar que se quedara despierto hasta que la luna hiciera presencia y le comentara lo sucedido. Haciendo caso, el jaguar se sentó bajo un fresno en el punto más alto de una montaña y esperó. Cuando llegó la Luna, el mensajero del Sol le contó todo lo ocurrido y la Luna, avergonzada por lo que había causado, decidió esconderse. 


Por cien años, el Sol no vio nada más que un cielo profundamente negro y lleno de estrellas que intentaban con todo su ser animar a la luna para que volviera a salir.


El sol, en un intento desesperado por llamar la atención de la luna, plantó miles de semillas en un prado cerca del mar para que así la luna los pudiera ver.


Las estrellas y los humanos llamaron a la luna al unísono para que volteara a ver el regalo que le había dejado el sol. Escuchando como todos llamaban por ella, la luna se volteó y vio las semillas de las flores saliendo de la tierra. 


Sintiéndose conmovida por el gesto del sol, la luna comenzó a llorar y sus lágrimas cayeron sobre las semillas, convirtiéndolas en bellísimas flores blancas, las cuales los humanos llamaron “flores de luna”.

 

(…)

 

Esta es la historia de la Luna y el Sol, 

Vistos deambulando, cada quien en su dirección.

 

 


Cuento elaborado por:

Ashley Alvarado Cervantes y Andrea Baeza Estrella


Alumnas de segundo año de preparatoria 

lunes, 27 de enero de 2020



Podemos perdonar a un hombre por hacer algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer algo inútil es que uno lo admire intensamente. Todo arte es completamente inútil.​ - Oscar Wilde


¿Lo inútil puede ser algo ilustremente beneficioso?


El arte es la ciencia de lo inútil, lo que está inútilmente añadido a la pura necesidad ya es arte, pero ahora bien, ¿qué piensa usted de las artes?. Esta fue la misma pregunta que el psiquiatra le hizo a Alicia Gould, que sugiere que entre más sublime mayor su inutilidad, el Dr. le pidió explicarse y con mucha razón, ¡claro está!

El arte es un tema que es inherente a la humanidad, este depende de un elemento distintivo de fuerza creativa, el arte se caracteriza por una apelación al sentido de la belleza. Sin embargo existe también otra consideración del arte en la se considera difícil establecer la diferencia entre un objeto eficaz y otro elaborado con fines artísticos.

Así mismo surge la incógnita del surgimiento del arte, pues mayoritariamente las grandes obras hechas por el hombre son creadas para satisfacer necesidades básicas, por lo que entendemos al hombre como un ser lógico, pero ¿realmente lo es siempre?, pues se sabe que el hombre creó el arte.

Para encontrar cierta lógica a esta incógnita se emplea un método, llamado “Las atribuciones causales” que son las formas en las que atribuimos las causas de un suceso y en cómo nos explicamos las cosas que nos pasan, que en este caso referente al arte, es cómo explicaríamos las cosas que pasaron antiguamente que dieron el surgimiento del arte. Entonces, ¿a qué le podemos atribuir al arte?

En este tema de lo inútil es preciso destacar las categorías del mismo, en él existen dos categorías de lo inútil; la de aquello que fue creado para ser útil y al final no lo es y la de aquello que, como el arte, que actualmente es creado para ser un fin en sí mismo. Un fin en sí mismo, es algo que tiene valor por la simple razón de que se lo otorgamos, sin importar si están supeditado a fin ulterior. Como por ejemplo, los celulares inteligentes puede servirnos para hablar con el hombre o la mujer amada, pero esto ¿para qué sirve? o bien en el siguiente ejemplo sólo puedes elegir uno: un hombre toma el metro subterráneo para ir a la ópera y se pregunta: ¿cuál es más útil, el metro, el automóvil, el tranvía o la ópera?


Aunque el arte es armoniosamente irracional no cabe duda que desde las pinturas rupestres, las esculturas y demás objetos de arte del Paleolítico representan una creación artística de una destreza y belleza extraordinaria.


Es preciso recordar que las sociedades prehispánicas así como en las sociedades modernas, las actividades culturales estaban completamente entregadas a la vida cotidiana; por consiguiente sería un error olvidar las formas del arte y cómo han aflorando ramas a través de nuestro desarrollo humano pues también existe la gastronomía, la alta costura como arte visual, la literatura que ahora es adaptada en la cinematografía, etc...


Por lo tanto, el humano se crea necesidades muy alejadas con su subsistencia, no le basta con alimentarse, la condimenta de modo que añaden placer a la satisfacción de su necesidad, no le basta con abrigarse, la confecciona con formas y colores. No se contenta con cobijarse, sino que construye edificios con líneas armoniosas y caprichosas que exceden de la necesidad lo cual no ocurre con la guarida del zorro, la madriguera del conejo o el nido del ave. ¿De qué le sirve al estómago una salsa a la mexicana bien picosa? Pues bien, todo eso que está inútilmente "añadido a la pura necesidad", ya es arte...​ ​La gastronomía, la hoy llamada alta costura y la decoración son las primeras artes creadas por la humanidad, porque representan los excesos añadidos a las necesidades primarias y básicas de comer, abrigarse y protegerse.

Bien es cierto que el arte en sí no satisface alguna necesidad básica, no sacia la sed ni el apetito, no proporciona abrigo ni perpetua nuestra especie. Es más como un capricho hermoso que responde al gusto y deseo de expresar nuestra subjetividad; los poetas exponen en versos inventos o recuerdos, los músicos crean vibraciones en el aire para crear acordes y sonidos, los actores fingen una esencia ajena y los escritores de ficción fingen por placer.

Entonces dicho esto, ¿podríamos prescindir de las artes?. Pues no tenemos una razón para no limitarnos de nuestras necesidades básicas, pues más allá de la biologia el humano no tiene un preciso sentido de ser y sin embargo, ¿qué sería del mundo sin estos ornamentos que llamamos arte? nos limitariamos precisamente a conocernos y darnos a conocer. Esto es justo lo que nos enseña el Soneto 18 de W. Shakespeare en el se recita:
“vivirás mientras alguien vea y sienta y esto pueda vivir y te dé vida.”


Es así como el arte puede llevar a un nivel más trascendental a la persona, por medio del sentir.

El arte y sus formas guarda un potencial alucinante; manda mensajes, genera emociones, forma estereotipos, forma ideas, forma identidades, afrontar realidades difíciles e inspirar todo tipo de pensamientos.


El arte por sí solo no puede salvar al mundo, pues no te oxigena los pulmones, no te palpita el corazón ni te transpira por la piel, pero es un elemento importante de la determinación humana para mantenernos “latentes” y audaces, para mantenernos fuera de una vida cíclica, para crear algo que salga de las necesidades básicas. Por ende, orgullosamente podríamos decir que la grandeza de un hombre, la propia grandeza de un pueblo, se mide por medio de las cosas inútiles que, apasionadamente, acopia, por lo que llamamos su cultura.


Finalmente quiero concluir con la razón y el sentido de ser del arte que he descubierto:
La belleza inevitablemente efímera puede doblegar al humano más irracional, pues cuando entendemos que todo tiene un fin parece como si comprendiéramos el todo, como algo muy bello y con gracia; pues respecto a la belleza efímera señalaría desde las flores hasta las estrellas pues las flores cuya cuota por ser hermosas es la muerte temprana y las estrellas que embellecen el firmamento se extinguen, así podríamos considerar a la vida como la más bella de todas por lo tanto, todo lo profundamente bello tiene un tiempo pasajero pues como la vida y el arte en general todo es efímero...

Hanya Camacho Lizarraga
Alumna de tercer año de preparatoria