martes, 19 de septiembre de 2017

¿Cuántas más?

Feminicidio, muchos hemos escuchado esa palabra. Pero, ¿Qué es un feminicidio? las expresiones femicidio y feminicidio, se originan en la voz inglesa “femicide”, expresión desarrollada inicialmente en el área de los estudios de género y sociología por Diana Russell y Jane Caputi a principios de la década de 1990. En cuanto al femicidio, ha sido definido por la ONU como la “Muerte violenta de mujeres, por el hecho de ser tales” o “Asesinato de mujeres por razones asociadas a su género”.

En nuestro país, el Código Penal de la Ciudad de México, define que, para que un asesinato de mujeres sea considerado feminicidio debe presentarse al menos uno de los siguientes rasgos: Que la víctima presente signos de violencia sexual, se le hayan provocado lesiones degradantes o mutilaciones, que haya habido violencia o acoso previo, el cuerpo de la víctima sea expuesto en un lugar púbico, y/o que la víctima estuviera incomunicada previamente a su asesinato.

En México, siete mujeres mueren asesinadas cada día, pero sólo el 25% de estos casos son investigados como feminicidios (según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio). Desde 2012 hasta el 2016, un alarmante total de 7404 mujeres han sido violentamente asesinadas. Si bien es cierto que la mayoría de muertos por homicidio en México son hombres, el feminicidio deriva del odio relacionado al género de la víctima, lo cual se evidencia con la mutilación de los cuerpos, o con signos de violación sexual o tortura. Además ¿Cuál es el factor que más caracteriza a un feminicidio? La culpabilización de la víctima.

El fin de semana pasado, se dio la noticia de la muerte de una joven de 19 años llamada Mara Castilla. Ella abordó un taxi Cabify para volver a su casa tras salir de fiesta, sin embargo esa fue la última vez que se le volvió a ver. El conductor fue acusado de asesinato y violación a la joven, además de que el gobierno de Puebla le revocó el registro a Cabify para operar en el estado.

Lo curioso, es que Mara había sido parte del movimiento #SiMeMatan, el cual surgió como una respuesta social ante la creciente tasa de feminicidios en el país. En este se protestó acerca de cómo se suelen criticar a las víctimas de feminicidios, y culparlas del ataque. Ella tuiteó el pasado 5 de Mayo “#SiMeMatan es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza...”. Creo que no es necesario mencionar todos los comentarios denigrantes que se han encontrado en sus redes sociales, acusándola de haber bebido la noche de su asesinato. Sin embargo el derecho a la vida es uno que tenemos independientemente de nuestro sexo, raza, religión, acciones, etc. es el derecho más importante de todos, y nadie puede violarlo. Mara no terminó con su vida, ella fue asesinada, y su muerte fue para varios la gota que rebasó el vaso, invitando a muchos a marchar en su memoria en contra de la violencia el pasado 17 de Septiembre.

Es alarmante la cantidad de casos que hemos oído, y parece que las cifras sólo van aumentando en estos últimos meses. Es por eso que quisiera invitar a estar informados y tomar conciencia acerca de lo que está pasando en nuestro país. Un asesinato nunca es culpa de la víctima, sino se definiría como suicidio. No debemos quedarnos callados ante la violencia de género.

Aída Sofía García Ramírez
Alumna de 3° de preparatoria

lunes, 11 de septiembre de 2017

Humanización animal

"Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo muchas de las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos"

Lord Byron-Poeta romántico


La mayoría de las personas en la actualidad tienen mascotas, sea desde un gran caballo hasta un pequeño hámster. El ser humano llega a crear un vínculo sentimental muy fuerte con estas hasta el punto que se considera que la mascota es el mejor amigo del hombre, pero a veces este amor puede ser malentendido al grado de atribuirle características impropias a la identidad del animal, ¿Por qué nos olvidamos de la identidad que tiene este?, cada perro tiene su identidad como perro y cada gato como gato, entonces… ¿Qué pasa?

La humanización, en una explicación muy breve, es un proceso propio de los seres humanos que nos diferencia de los demás seres vivos, entonces la humanización animal se refiere a un antropomorfismo (aplicar condiciones humanas donde no las hay). Diferente es enseñar a nuestro perro a sentarse o enseñarle las cosas que no debe masticar, a aquellas cosas que a nosotros puedan parecernos graciosas pero él no las necesite o requiera; por ejemplo, ponerle botitas a un perro ¿es realmente necesario?, pañales cuando tu perra está en celo ¿es natural?, espacios que antes eran privados para los humanos se están volviendo en lugares para la admisión de nuestras mascotas, el diferente trato que les estamos dando a las mascotas se está convirtiendo demasiado notorio y no percibimos el daño que esto les puede ocasionar a las especies.

Todos los animales tienen derechos y uno que quiero mencionar en este texto es el artículo 2 de los Derechos de los Animales: “Todo animal tiene derecho al respeto. El humano, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a otros animales, o de explotarlos violando este derecho. Tienen la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales. Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del humano.” Definitivamente los animales deberían de vivir una vida sin sufrimiento y sin explotación, y aun así existiendo estos derechos (que no deberían quedar como una simple filosofía) pocas veces consideramos el impacto de nuestras acciones en los animales.

Actualmente son más las personas que no tienen conocimientos sobre los animales que desean adquirir, por lo mismo, no conocen los cuidados que necesitan este, lo que causa que el humano piense que su mascota es inmune y eterno (lo que es totalmente falso), así como las personas no deberían andar con ropa mojada porque cabe la posibilidad de contraer algún resfriado, las mascotas tienen sus propios cuidados que van conforme a cada especie y cada especie tiene sus subespecies que considero que está de más explicar. Ahora, haciendo referencia sobre alguno de los daños que les podemos causar como ya he mencionado, estos podrían ser: inseguridad, episodios de ansiedad, agresión contra sus propios dueños, pérdida de identidad, etc.  Pero por si aún queda la duda sobre lo que refiero con humanizar a un animal les pongo un ejemplo de Agustín P. Orozcol:
“Martín, ¡portate bien!” Cuando lo escuché rápidamente pensé en un chico que hizo algo malo, pero repente descubrí que Martín era un pero con rulos, vestido con pantalones, collar de brillantes, gorrito y botas que impedían sutilmente que caminara con comodidad.

Estamos poniendo en primer lugar nuestros deseos por sobres las posibilidades reales de una mascota.
Para el profesor de la ética, Ramón Alcoberro  “el animal tiene derecho a ser un animal, y debe tener su propia vida de gato o de perro” repitiendo la última parte “tener su vida de perro o gato”, no me percaté que en alguna parte de la oración se refiriera a nosotros, sé que a veces se vuelve difícil el hecho de intentar no tratar a tu mascota como a un hijo, pero es algo que cada persona con esas actitudes tiene que afrontar. Si tu decidiste tener una mascota, trátala como se debe, con sus características y comportamientos y no como tú quieras que se comporte, las mascotas generan afecto, nos emocionan, nos esperan y nos aman pero nosotros trastornamos ese vínculo que llegamos a tener con nuestras mascotas, y queremos que el animal actúe por encima de lo que está preparado para dar; un perro, un gato o cualquier animal puede ser un animal muy educado sin perder su identidad, así como puede ser un desastre sin ella.

No fuimos la primera especie del mundo, ellos ya estaban, y fueron evolucionando así como lo hicimos nosotros, no dejemos que millones de años de proceso y evolución se esfumen por una mala jugada de los seres humanos, ámalos, cuídalos y que sean parte de tu familia pero con sus respectivos límites.

Valeria Perera
Alumna de 3° de Preparatoria