"Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad,
fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo muchas de las virtudes del
hombre y ninguno de sus defectos"
Lord Byron-Poeta romántico
La mayoría de las
personas en la actualidad tienen mascotas, sea desde un gran caballo hasta un
pequeño hámster. El ser humano llega a crear un vínculo sentimental muy fuerte
con estas hasta el punto que se considera que la mascota es el mejor amigo del
hombre, pero a veces este amor puede ser malentendido al grado de atribuirle
características impropias a la identidad del animal, ¿Por qué nos olvidamos de
la identidad que tiene este?, cada perro tiene su identidad como perro y cada
gato como gato, entonces… ¿Qué pasa?
La humanización, en una explicación muy breve, es un proceso
propio de los seres humanos que nos diferencia de los demás seres vivos,
entonces la humanización animal se refiere a un antropomorfismo (aplicar condiciones
humanas donde no las hay). Diferente es enseñar a nuestro perro a sentarse o enseñarle
las cosas que no debe masticar, a aquellas cosas que a nosotros puedan parecernos
graciosas pero él no las necesite o requiera; por ejemplo, ponerle botitas a un
perro ¿es realmente necesario?, pañales cuando tu perra está en celo ¿es
natural?, espacios que antes eran privados para los humanos se están volviendo
en lugares para la admisión de nuestras mascotas, el diferente trato que les
estamos dando a las mascotas se está convirtiendo demasiado notorio y no percibimos
el daño que esto les puede ocasionar a las especies.
Todos los animales tienen derechos y uno que quiero
mencionar en este texto es el artículo 2 de los Derechos de los Animales: “Todo
animal tiene derecho al respeto. El humano, en tanto que especie animal, no
puede atribuirse el derecho de exterminar a otros animales, o de explotarlos
violando este derecho. Tienen la obligación de poner sus conocimientos al
servicio de los animales. Todos los animales tienen derecho a la atención, a
los cuidados y a la protección del humano.” Definitivamente los animales
deberían de vivir una vida sin sufrimiento y sin explotación, y aun así
existiendo estos derechos (que no deberían quedar como una simple filosofía) pocas
veces consideramos el impacto de nuestras acciones en los animales.
Actualmente son más las personas que no tienen conocimientos
sobre los animales que desean adquirir, por lo mismo, no conocen los cuidados
que necesitan este, lo que causa que el humano piense que su mascota es inmune
y eterno (lo que es totalmente falso), así como las personas no deberían andar
con ropa mojada porque cabe la posibilidad de contraer algún resfriado, las
mascotas tienen sus propios cuidados que van conforme a cada especie y cada especie
tiene sus subespecies que considero que está de más explicar. Ahora, haciendo referencia
sobre alguno de los daños que les podemos causar como ya he mencionado, estos
podrían ser: inseguridad, episodios de ansiedad, agresión contra sus propios dueños,
pérdida de identidad, etc. Pero por si
aún queda la duda sobre lo que refiero con humanizar a un animal les pongo un
ejemplo de Agustín P. Orozcol:
“Martín, ¡portate
bien!” Cuando lo escuché rápidamente pensé en un chico que hizo algo malo, pero
repente descubrí que Martín era un pero con rulos, vestido con pantalones,
collar de brillantes, gorrito y botas que impedían sutilmente que caminara con
comodidad.
Estamos poniendo en primer lugar nuestros deseos por sobres
las posibilidades reales de una mascota.
Para el profesor de la ética, Ramón Alcoberro “el animal tiene derecho a ser un animal, y
debe tener su propia vida de gato o de perro” repitiendo la última parte “tener
su vida de perro o gato”, no me percaté que en alguna parte de la oración se refiriera
a nosotros, sé que a veces se vuelve difícil el hecho de intentar no tratar a
tu mascota como a un hijo, pero es algo que cada persona con esas actitudes tiene
que afrontar. Si tu decidiste tener una mascota, trátala como se debe, con sus características
y comportamientos y no como tú quieras que se comporte, las mascotas generan
afecto, nos emocionan, nos esperan y nos aman pero nosotros trastornamos ese
vínculo que llegamos a tener con nuestras mascotas, y queremos que el animal
actúe por encima de lo que está preparado para dar; un perro, un gato o
cualquier animal puede ser un animal muy educado sin perder su identidad, así
como puede ser un desastre sin ella.
No fuimos la primera especie del mundo, ellos ya estaban, y
fueron evolucionando así como lo hicimos nosotros, no dejemos que millones de
años de proceso y evolución se esfumen por una mala jugada de los seres
humanos, ámalos, cuídalos y que sean parte de tu familia pero con sus
respectivos límites.
Valeria Perera
Alumna de 3° de Preparatoria
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ResponderEliminarMe encantó el artículo, ¡concuerdo muchísimo!
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