Según esta definición todas las festividades que se lleven a cabo entre los días 31 de octubre y 2 de noviembre con el propósito de honrar a los familiares o amigos fallecidos son consideradas “Día de Muertos,” así que sí, “Hanal Pixán” SÍ es “Día de Muertos.” Al ser una derivación regional del culto a los muertos se considera parte de ella.
Muchas personas consideran que este hecho no es importante o no afecta en nada que la gente crea que su tradición es totalmente diferente a las de todo el país, pero sí lo es ya que esto es un pequeño ejemplo de etnocentrismo, es decir, repudio a las formas culturales que son diferentes y alejadas de otras más cercanas y con las cuales nos identificamos.
Este es un problema grave al hablar de un país como México que se encuentra dividido internamente por cuestiones de egolatría de las tradiciones, ya que los grupos humanos solo pueden existir mediante la cultura compartida, pues una sociedad sin cultura es imposible.
Por esta misma cuestión podría explicarse la razón de que México esté en la situación en la que se encuentra, dividido, apático, egoísta, ignorante, insensible, etc. La lista podría continuar eternamente pero lo que quiero decir con esto es que los mexicanos no somos mexicanos, somos “chilangos,” ”jaliscienses,” “yucatecos,” “regiomontanos,” “tamaulipecos,” ”jarochos,” etc., porque somos etnocentristas y porque se nos olvida que primero que nada somos mexicanos mucho antes de ser de cualquier estado del país.
Se podría pensar que esto, fuera de ocasionar un tipo de discriminación hacia ciertas personas pertenecientes a algún lugar en específico no origina un efecto secundario mayor, pero sí lo hace. Es como una pirámide, el primer escalón es sentir que tú eres el mejor; el siguiente es creer que tu estado lo es; y luego lógicamente iría sentir que tu país lo es, pero eso no sucede. Nadie llega a ese último escalón, todos nos quedamos en sentirnos el mejor estado del país porque somos muy egocéntricos y no nos identificamos con los demás compatriotas ya que sentimos que no merecen tener el mismo gentilicio que nosotros.
Por eso es que somos inmunes a los problemas, injusticias, contrariedades, etc., que suceden en otro estado o hasta en una ciudad diferente a la tuya; practicamos el ostracismo voluntario creando así una retahíla de sentimientos antinacionalistas.
Nosotros los mexicanos nos unimos solamente cuando la selección nacional tiene un partido o cierta persona se demuestra públicamente en contra de los mexicanos; desgraciadamente nunca o muy pocas veces, me incluyo, lo hacemos para defender a un compatriota o a un compañero.
Tampoco debe entenderse que la defensa de la diversidad cultural regional es algo negativo, sino más bien hay que hacerlo con orgullo, aceptación y consciencia de que nuestra cultura forma parte de algo más grande; para nunca olvidar que la discriminación de otras creencias, tradiciones y costumbres distintas a las nuestras, es un rechazo hacia nuestra propia nacionalidad.
Andrea Leyva Anguiano
Alumna de 2° de Preparatoria del CUM
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