Pocas cosas en la vida, que no me hagan ser feliz.
Entre ellas sentimientos que me hacen desistir, mis ganas de sonreír.
Como el enojo, como la tristeza… Son profundos de verdad.
Pero entiendo que no es eterno y descanso al pensar que mañana, o en otro instante, mejor me sentiré... Y el silencio abrumador, por fin, llenaré.
Aves, risas, todo volverá…
La felicidad es pasajera ¡y me hace volar!
Cuando con flores vence al tiempo, e inunda el viento...
Porque éste, se transforma en mensajero,
durante el breve momento en que no hay cavidad, para la negatividad.
Durante el luminoso instante, en que recuerdo, que de bellos tulipanes me quiero adornar.
Escuchando un trueno, con otros sentimientos me vuelvo a enraizar...
Hacia abajo el crecimiento, cuando triste me siento.
Hacia adentro observo, cuando me acompaña el descontento.
Del exterior me desconcentro y pienso en cambiar, aquello obsoleto, que me llene de pesar.
Aprendiendo con la experiencia, y buscando su razón.
En calma con el hecho de que quizás, no la halle hoy.
Así, de a poquito, la tensión baja.
Así, de a poquito, la tormenta pasa.
¡Los colores son nuevos al despertar!
No hay azul tan conocido como para no apreciar.
Veo hacia el cielo y siento el anhelo de con mis ramas, llegarlo a tocar...
Vuelvo, a mi estado natural.
Ininterrumpido no es, pero si es la meta del camino que se anda, con todo lo que traiga.
Que al final llegar, bellos campos permite apreciar.
Dentro, de todos nosotros, existe la posibilidad de llegarlos a alcanzar...
Es la pura alegría de saber, que cada día, tenemos en nuestras manos, la belleza... que es la vida.
Paloma Olenka Borys V.
Alumna de segundo de preparatoria
2018