lunes, 28 de agosto de 2017

A mis pobres no los toquen

“Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, 
enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida” 
Proverbio chino

Poder encontrar el sistema de gobierno más adecuado para un país siempre ha sido un reto que ha generado gran debate a través de los siglos. Por medio de ensayo y error hemos probado diversas filosofías para gobernar, algunas mejores que otras, pero ninguna perfecta. Lo que nos detiene de encontrar el sistema ideal es que siempre volvemos a aplicar los mismos métodos que en el pasado se intentaron y no resultaron, pero, ¿porqué hacemos esto? La razón es que cuando estamos cansados del gobierno que tenemos, anhelamos cualquier tipo de cambio e ignoramos si el sistema que se propone ha fallado anteriormente. En pocas palabras nos justificamos con la frase “ya no nos puede ir peor”. Tristemente es durante estos períodos que hay que tener más cuidado, ya que la gente es más fácil de manipular y el que tendrá más popularidad será líder que prometa prosperidad para todos, aunque no tenga ningún fundamento. Es en estos periodos cuando el populismo tiene más probabilidades de vencer.


El término “populismo” se origina en Rusia alrededor de 1860 para referirse a que los gobernantes deben aprender del pueblo antes de subir al poder, pero en pocos años adquirió el sentido peyorativo con el cuál lo entendemos hasta el día de hoy. La RAE lo define como la “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”, y aunque la definición es correcta, también es incompleta si se desea entender más a fondo cómo funciona este proceso, por lo cual se debe tomar en cuenta que es por medio de la demagogia, en la cual los gobernantes se ganan al pueblo con halagos y falsas promesas, llegando a ser idolatrados como un tipo de mesías que viene a solucionar todos sus problemas. En realidad, el populista no se preocupa por la prosperidad del país, ni siquiera por la de los pobres, es toda una estrategia política que demuestra el egocentrismo de estas personas y explica porqué nunca quieren dejar el poder. Y nos volvemos a preguntar ¿Por qué dejaríamos que alguien así nos gobierne?


Si analizamos la historia, aunque en muchas partes del mundo se han aplicado técnicas populistas, América Latina ha sido la más afectada. Esto no es sorpresa ya que la educación superior está reservada para un porcentaje muy pequeño de la población, lo cual facilita el trabajo del populista que engaña con mayor facilidad al ignorante, por no decir la gran cantidad de pobreza que existe. Estas manipulaciones están presentes en todos los gobiernos populistas.


Nos remontamos a Argentina en los años 50 con el maestro del populismo, Juan Domingo Perón, que junto a su esposa Evita se ganó a la gente desde el primer momento. Para darnos una idea, una de las cosas que hacía era poner a Evita en una silla para que la gente, después de una fila larguísima, pudiera hablar con la mujer y que le resolvieran algún favor. Lógicamente estos “favores” generaban una deuda pública altísima, pero la gente no se quejaba ya que se sentía comprendida. Esto hace
un populista, se gana a la gente con cosas que puede ver y tocar, pero no le da lo que realmente necesita. Debemos recordar también que el segundo mandato de Perón fue 20 años después de que lo sacarán del país, y que logró regresar solo gracias a manifestaciones que él mismo generó y que causaron tanta violencia que después de su muerte los militares tuvieron que tomar el mandato. Esto demuestra el hambre de poder y la necesidad de crear caos para que la gente vea en ellos un tipo de “redentor”.


La lista continúa. Getulio Vargas en Brasil, Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua, incluso Barack Obama utilizó medidas populistas y ni hablar de Fidel Castro en Cuba o Chávez/Maduro en Venezuela que terminaron con una nueva constitución y una dictadura indefinida.

Aunque hablemos de diferentes países, las situaciones, los líderes y los resultados han sido similares: aprovecharse de que la gente está cansada, individualismo, ambición, fluidez, creación de conflictos, etc. Por suerte los que vivimos en México estamos exentos a este tipo de problemáticas, aquí no hay nadie con esas características… bueno tal vez sí hay, pero ya se retiró… espera… ¿qué?... ¿López Obrador se va a postular de nuevo?


Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es el candidato más popular para ganar las elecciones de 2018 hasta este momento. No es sorprendente enterarnos que fue formado en la escuela populista más importante del país: el PRI, que posteriormente abandona por no recibir el apoyo que esperaba. Desde sus inicios fue rebelde, hablando de una revolución que llamaba la atención. Al ser Jefe de gobierno de lo que fuera el Distrito Federal, demostró sus habilidades populistas al construir los segundos pisos de la ciudad, cuando en realidad lo que se necesitaba era un drenaje, pero claro ¿qué se ve más? Tiene una de las campañas más costosas y no trabaja desde hace años, ¿de dónde saca el dinero?, lleva 18 años peleando por ser presidente, ¿acaso no hay nuevos líderes? Ha traicionado a sus partidos cada vez que lo dejan de apoyar ¿hará lo mismo con el país cuando ya no le convenga? Es alarmante pensar en las semejanzas que tiene AMLO con los líderes antes mencionados, pero si gana, ¿el país en verdad terminaría peor de lo que está ahora?


No se puede saber con seguridad, lo único que sí sabemos es que las técnicas que lleva usando hasta ahorita no son nuevas y que en el pasado no funcionaron, pero lo que en verdad sucedería si gana, nadie lo sabe. Y tal vez la pregunta que surja sea, ¿si no él, quién? y aquí es donde viene nuestra responsabilidad. ¿Sabías que una mujer indígena se va a postular como candidata independiente?, ¿O que el ex secretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos también quiere intentarlo?

No estoy diciendo que sean buenos candidatos, la invitación es investigar más a fondo sobre las posibilidades que tenemos y no basarnos solo en las estrategias políticas que intentan lavar nuestros cerebros. Informémonos más, averigüemos de nuestros candidatos y comparemos con lo que ha sucedido en el pasado con otros o hasta nuestro mismo país. En nosotros está el futuro. ¿A quién apoyarás? al que reparta pescados o al que enseñe a pescar.


Santiago Trozzo Diez
Ex alumno del CUM