lunes, 24 de septiembre de 2018

La oligarquía mexicana y "los patricios" de la actualidad

"No hay nada más difícil de llevar a cabo, más peligroso de conducir o más incierto en su éxito que llevar la iniciativa en la introducción de un nuevo orden de cosas."
Nicolás Maquiavelo.



En la antigua República romana había un grupo selecto de personas que juntos conformaron el senado, se trataba de 300 hombres que por el hecho de pertenecer al seno de una familia "noble" gozaban de más derechos y oportunidades desde el nacimiento, recibiendo una mejor educación y constituyendo la élite política, económica y social de la época, dicha institución tenía entre sus atribuciones crear y ratificar leyes, aconsejar a los magistrados, dirigir la política interior y exterior de Roma y por ende las finanzas. Ellos eran los patricios.


Por contra parte estaban los plebeyos, el pueblo, ciudadanos que normalmente vivían en la hambruna, sin tantos derechos, podían votar en ciertas ocasiones pero, al menos eran libres y con mejor calidad de vida, si se les compara con la condición de los esclavos.


Pero qué tiene que ver la conformación histórica del mundo occidental con una actualidad muy alejada en años, lugar y contexto. Pues... al parecer, la historia es un proceso cíclico, los mismos acontecimientos aparecen miles de años después. De manera muy particular la misma desigualdad social, oligarquía y clasismo ha manchado a México desde tiempos de la colonia, y que al día de hoy con los medios de comunicación cada vez más diversificados nos enteramos más del estilo de vida de algunos políticos, que en contraste con la realidad del pueblo mexicano, resulta una falta de respeto a una ciudadanía que día con día sale a buscar una mejor calidad de vida en condiciones de una palpable desigualdad de oportunidades.


Como en la antigua Roma, la cúspide empresarial se relaciona mucho con el poder político, empresas como Televisa, Grupo México, Grupo Salinas, Grupo Carso, entre otras, han sido vinculadas con favores políticos y presidenciales. Se cree que en la época de Carlos Salinas, con la privatización de muchas empresas mexicanas (dando como resultado el error de diciembre) se favoreció a muchos magnates amigos del presidente, y así millonarios como Carlos Slim ganaron concesiones a lo largo de su sexenio.


El financiamiento de campañas políticas parece de las mejores inversiones que se pueden hacer, "te hago ganar y ya en el cargo me lo devuelves" dando como resultado el desvío de recursos del erario hacia empresas fantasmas, compra de inmunidad o simplemente el tener una infraestructura de baja calidad o que ni se termina de construir.


A la televisión abierta, se le culpa de maquillar la realidad de México independiente al partido o sexenio, es la fábrica de cortinas de humo del estado (algo así como el "pan y circo" en la época de los romanos), su función es desviar los focos de atención de noticias que manchen la imagen de cualquier sector del gobierno, del país, vínculos con el narcotráfico, inseguridad, corrupción, escándalos, etcétera. Películas como "La Dictadura Perfecta" representan muy bien éstas realidades, donde el dinero está por encima de cualquier ley y el interés político por encima del interés común.


Y por último, México durante mucho tiempo ha tratado de perfeccionar el derecho, tratando de captar su esencia de orden y justicia, instaurarlo a un contexto más humano, igualitario y "democrático" que al de una Roma de hace más de dos mil años. Pero también tomamos muchas cosas obsoletas, la herencia del poder en nuestro país es un tema del que ya no se debería de hablar, los funcionarios públicos deben de ser gente preparada para el cargo a desempeñar, especialistas que no hayan llegado por medio de contactos, favores y corrupción, que lleguen por la vía democrática, evitando que se estanque el poder en las mismas personas, en los mismos partidos.


En mi opinión, en vez de que la historia sea un proceso cíclico, es más una parte de la naturaleza humana, al final, compartimos esencia con esa Roma Antigua, y no solo México, lo que estamos pasando está sucediendo en muchos otros países y seguirá pasando; es parte del ser, el hombre siempre tratará de tener más poder que otro y ser líder, aquí entran los valores de cada individuo que rigen la cultura de una sociedad, esto es lo que diferencia a los países primer mundistas de los que todavía se encuentran en vías de desarrollo. México no trascenderá a menos que cambiemos esa naturaleza que está en nosotros, siempre escuchamos esto, que "los grandes cambios empiezan con uno mismo" pero sí es así, grandes revoluciones se han dado con solo una persona yendo contra corriente, dos mil años después, nos sentimos en la cima del conocimiento pero también estamos cegados por nuestra arrogancia, no hemos aprendido a usar la razón y la democracia para lo que están hechas, herramientas que bien utilizadas pueden cambiar por completo la situación de cualquier país.


Francisco Valls Gutiérrez
Alumno de 3° de preparatoria