lunes, 26 de abril de 2021

 


¿Cómo he vivido este encierro? 

- Mi experiencia en la pandemia -


Para ser honesta, el día que dijeron que iba a haber cuarentena me emocioné porque iba a perder unos días de clases, solo sería un mes y esperaba que después de ese tiempo, todo regresara a la normalidad y creo que fue lo que nos sucedió a todos. Al ser foránea, tuve que regresar a Comalcalco, que es donde viven mis papás y a donde iba cada vacaciones; por comentar, vivía en Mérida desde hace 2 años junto a mis hermanas y al entrar en tiempo de contingencia, regresamos las tres a Tabasco.

Creo que como la mayoría, en un principio quería hacer de todo, intentar aprender nuevas cosas y aprovechar mi tiempo, pero en mi caso, en esos momentos no logré hacer mucho porque a la vez estábamos en clases. Recuerdo que justamente a finales de ese semestre escolar, cuando ya teníamos como 3 meses de cuarentena, pasé por un momento de tristeza por toda la situación. Al iniciar las primeras vacaciones, fui a Mérida con mi mamá a vaciar la casa que estábamos rentando, pues nos dimos cuenta que no íbamos a regresar pronto, por lo que no valía la pena seguir pagando si ya no la estábamos ocupando, apenas tardamos unos 3 días ahí; sin embargo, al regresar, como sólo podía estar en mi casa y ya no habían clases, comencé a hacer muchas cosas que antes no hacía por falta de tiempo, empecé a hacer más cosas por mi: hice ejercicio diario, cuidé mi alimentación, mi piel, y ayudaba más en los quehaceres de la casa; con todo eso, logré sentirme mejor conmigo misma, y probablemente no hubiera hecho todo eso si no fuera por la cuarentena.

Al iniciar mi siguiente semestre con la misma modalidad en línea, por lo mismo que tenía más tiempo, pude dedicarme más a mis estudios, y sé que la mayoría de las personas considera no estar aprendiendo mucho con esta modalidad, pero en lo personal, creo que me volví más autodidacta; poco a poco fui perdiendo la pena de participar, preguntar, y todo eso me permitió no sólo mejorar en mis estudios sino también me ayudó a conocer un poco mejor a mis maestros de lo que hubiera sido presencial y a sentirme en mayor confianza con ellos. Igual pude aprender a través de otros compañeros, ya que si no entendía algo en alguna clase o no alcanzaba a escuchar algo, podía recurrir a ellos, y viceversa, realmente esta modalidad me ha permitido poder apoyar más a otras personas y aprender con ellas.

En cuanto a la relación con mi familia, en general puedo decir que, gracias a la cuarentena pudimos convivir y estar juntos todo el tiempo que no habíamos podido estar en los últimos años, sin embargo en todos esos períodos de clases comencé a alejarme mucho y encerrarme en mi propio mundo, por lo que en las vacaciones que tuve de diciembre volví a tener un bajón muy fuerte, una parte por mi familia, por mis amigos que no he visto, inseguridades, por mi relación, entre otras cosas; pues también empecé a ser consciente que para ese punto, la cuarentena no iba a durar poco y muchos de los planes que tenía contemplados ya no iban a poder realizarse, como un viaje que iba a hacer en las vacaciones de verano o el hecho que no tendremos graduación todos juntos para finalizar nuestra preparatoria; creo que algo que he aprendido, es la desventaja de tener tanto tiempo libre y no usarlo en algo provechoso, y es que, tenemos mucho tiempo para pensar, no es que sea algo malo, pero me pasa que si no me mantengo ocupada y estoy mucho tiempo sola, comienzo a pensar de más y empiezo a deprimirme. Después de este período, decidí empezar a trabajar en esas áreas en vez de solo dejar que me afectaran, por ejemplo, empecé a hacer mis tareas cerca de mi familia, comenzamos a ver una serie juntos y la veía con ellos mientras hacía mis actividades al mismo tiempo, con este punto me di cuenta lo mucho que importa o vale mantener a las personas cerca de nosotros, más en estos momentos, incluyendo a las que no vemos por la pandemia, pequeños detalles como mandar un mensaje para preguntarle a alguien cómo está, valen demasiado, pues a la vez uno se da cuenta de las personas con las que puede contar.

Andrea Madrigal Castellanos 6115

Otro aspecto es que gracias al tiempo de contingencia, pude conocer mejor a otras personas con las que presencialmente no convivía mucho, ya que cuando estábamos en la escuela todos siempre estaban con sus mismos grupos de amigos, y a veces eso no permitía que uno pudiese estar con otras personas, y es una de los cosas que más agradezco, haber podido conocer a otros con los que no había tenido tanta oportunidad de hablar.

Y pues ciertamente, extraño a mis amigos demasiado, extraño mucho mi deporte, en general, extraño mi rutina del día a día, poder ir a reuniones, poder estar cerca de las personas, pero en vez de verlo desde un punto de vista negativo o con tristeza, es mejor verlo con anhelo, pues antes toda nuestras actividades las veíamos como parte de nuestra normalidad, una constante rutina, como algo que ya teníamos seguro; jamás creímos que nuestra libertad de alguna forma se viese privada, y es donde uno empieza a valorar hasta esos pequeños detalles, a darnos cuenta de cómo nuestra vida puede cambiar de un momento a otro. Igual creo que de alguna manera nos ayudó a ver más allá y a pensar ¿por qué no hice esto cuando podía? ¿Por qué no conocí tal lugar o visité a cierta persona? ¿por qué siempre hacía lo mismo cuando habían más cosas por hacer?...

Finalmente... con todo esto, puedo decir que a lo largo de esta cuarentena he pasado por distintas etapas, desde estar muy productiva, a solo estar tirada en mi cama viendo series y películas, desde momentos donde me sentí muy bien por lo que pude hacer, a momentos de tristeza por el encierro. Y si algo me ha quedado de enseñanza, es lo mucho que importa nuestra actitud ante lo que nos sucede, pues siempre hay que ver la parte positiva y de esto puedo decir que, me ha ayudado a valorar más a las personas y los momentos que vivo con ellas por más sencillas que sean, lo importante que es cuidar nuestra mente y nuestro corazón. Asimismo, a ser una persona más empática, pues cuántas personas no han perdido a familiares o se vieron en distintas situaciones donde su mayor preocupación era no tener que llevar de comer a sus casas, o la violencia con la que muchos hogares se han visto afectados. Definitivamente todas las personas hemos vivido esta cuarentena de manera diferente y al saber todos los casos y situaciones que se han dado a lo largo de esta, me doy cuenta de lo afortunada que soy, pues viendo a los demás, mis preocupaciones o tristezas no se comparan a la de otros, por eso es importante demostrar nuestro apoyo y cariño a los demás, a nuestros seres queridos, y en general a todas las personas de nuestro alrededor, pues no sabemos por cuáles batallas están pasando; para que en algún momento y poco a poco logremos juntos salir de esta situación, si bien el virus llegó para quedarse, también hay que pensar que en algún momento pasará y si Dios quiere, con la vacuna, pronto será posible.


Andrea Madrigal Castellanos

Alumna de tercer año de preparatoria

lunes, 12 de abril de 2021

 

“Una persona sin propósito es como un barco sin timón”. 

Thomas Carlyle



Todos en algún momento de nuestra vida, nos hacemos siempre una misma pregunta: “¿Por qué estamos aquí?”. ¿Cuál es nuestro propósito?, ¿Qué es lo que debemos hacer?, desde pequeños nos entrenan para responder esas preguntas, nos entrenan para encontrar nuestro propósito en la vida.


Todos pasamos muchos años de nuestras vidas buscando ese propósito, algunos lo encuentran antes, otros mucho después; yo confío en que la respuesta para hallarlo reside en las preguntas que te hagas y en la capacidad de entender y analizar las respuestas que tengas.


El propósito de vida está constantemente ligado al “¿Qué voy a ser de grande?”; pero lo cierto es, que aunque están estrechamente ligados, son completamente diferentes.


Desde niños, nos hacen creer que el propósito va de la mano con lo que haremos o seremos en un futuro, es decir, tu propósito de vida puede ser la carrera que vayas a estudiar, el trabajo que vayas a tener, etc. Y sí, si van de la mano, pero siguen siendo muy distintos, porque la realidad es, que por más cruel que suene, no sabemos si vamos a despertar mañana, de ahí viene el dicho de que debemos vivir cada día como si fuera el último. 


El propósito de vida está en el presente. Porque el propósito no es lo que voy a hacer luego o lo que voy a ser “de grande”, es lo que haré todos los días de mi vida, el por que lo voy a hacer y quien quiero ser.


Constantemente, solemos confundir un propósito con las metas. Éstas son un resultado que deseamos obtener en algún futuro y, por lo tanto, nos comprometemos a cumplirlas. El propósito es directamente el “porque” de algo. Es decir, debemos dejar de preguntarnos tanto “¿Qué es lo que voy a hacer?” y comenzar a pensar un poco más en “¿Por qué lo voy a hacer?”.


Debemos dejar de pensar que la respuesta a nuestras preguntas llegará en un futuro y comenzar a realizar esfuerzos para hacer que lleguen, porque al final sólo nosotros podremos responder esas preguntas.


Eso lo vuelve aún más complicado, porque ahora tenemos que descubrir lo que queremos hacer después, es decir, cuáles son nuestras metas y también cual será el propósito.

En conclusión, el propósito de vida y lo que haremos en un futuro si están estrechamente ligados, van completamente de la mano, pero son dos cosas diferentes, y debemos aprender a distinguirlos o nos perderemos en el camino.


Por si aún no ha quedado claro, imagina que quieres convertirte en doctor en un futuro, pero “¿Por qué quieres serlo?”, porque quieres ayudar a las personas, eso es lo que te hace feliz; entonces, lo que quieres hacer luego es ser doctor, pero tu propósito de vida es ayudar a los demás, y no tienes que esperar el futuro para hacerlo, puedes ayudar a otras personas todos los días y practicar para cuando logres tu meta, y de esta manera, corresponder a tu propósito desde el presente.


Considero que el propósito de nuestras vidas, debe ser sinónimo de “felicidad”, debemos hacer lo que nos haga felices; por ejemplo, yo hace tiempo descubrí el mío; como una persona que pasó mucho tiempo inmersa en la tristeza, pude descubrir que mi propósito sería disfrutar al máximo de cada cosa que haga e intentar ser lo más feliz posible, y eso es algo que hago todos los días. Y aunque no tengo ni la menor idea de que voy a ser “de grande”, ya sé que lo que elija, llevara el propósito de hacerme feliz.




Ana Paola Campos Zúñiga

Alumna de primer año de preparatoria.